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Esa mezcla de ciencia y espiritualidad que caracterizaba al pintor checo Frantisek Kupka, a quien el propio artista se refiere, atraviesa la obra de José Picazo. De hecho, el título de la exposición que acoge sus más recientes trabajos en el Instituto Francés de Valencia, Future antérieur, ya sugiere ese juego entre el pasado y el porvenir, entre la nostalgia de un mundo artesanal y el temor que proyecta la robotización cada vez más presente en nuestras vidas. «Mi discurso no es negativo con respecto a la tecnología, porque vivimos con estos ritmos», asegura el artista.